Mesa de aire
Gracias a los dispositivos telemáticos, los coches pueden distribuir datos con muchos fines para un usuario final. Los datos del coche se crean mediante sensores eléctricos conectados a la ECU o Unidad de Control Electrónico. La ECU está conectada a un dispositivo telemático a bordo que transmite datos en directo. Un usuario en una ubicación central recibe estos datos por aire, con una interfaz final que puede configurarse de forma que funcione para su negocio. Gracias a los datos de los vehículos, las empresas de gestión de flotas pueden analizarlos para reducir costes, prevenir problemas de mantenimiento y programar las revisiones con antelación. Los gobiernos y ayuntamientos pueden utilizar los datos técnicos de los coches para gestionar mejor el tráfico. Las compañías de seguros pueden ofrecer casos de uso reales a sus clientes, y la introducción de ciudades inteligentes con coches conectados redunda en una infraestructura más eficiente. Y lo que es más importante, los servicios de emergencia reciben datos del vehículo en tiempo real para localizar con precisión un accidente, con activadores automáticos para llamar a las ambulancias si el vehículo detecta que se encuentra en un accidente grave.
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